CONOCE A LAS SOCIAS

Pol tiene treinta y dos años y siempre ha vivido en el municipio de Calonge y Sant Antoni, en la comarca del Baix Empordà. Lleva un año viviendo en La Sala, el primer proyecto de vivienda cooperativa en cesión de uso para jóvenes que existe en el país. En un entorno de precarización laboral y de un mercado inmobiliario centrado en el turismo, y con la colaboración del Ayuntamiento de Sant Antoni y Calonge, rehabilitamos en 2022 un edificio en desuso propiedad de una entidad financiera para poner en disposición de la juventud del pueblo catorce viviendas con el objetivo de ofrecerles una alternativa asequible y digna para emanciparse.

CUATRO COSAS

  • Lugar favorito de casa

    el comedor
  • Tu refugio

    Ir a bailar
  • Recomendación cultural

    David Attenborough tiene varios documentales y libros sobre fauna, y es un tema que me gusta mucho
  • Lo mejor de tu pueblo

    Lo tiene todo: mar, montaña y tranquilidad
  • Alguna manía en casa

    No creo que tenga ninguna en concreto
  • Qué te lleva a interesarte por la vivienda cooperativa ya hacerte socio de Sostre Cívic?

    Yo no conocía el modelo de la vivienda cooperativa hasta que vi la publicidad que Sostre Cívic hizo para un proyecto de Palamós. Entonces, descubrí que había otro proyecto en Calonge, mi pueblo. A raíz de esto me informé un poco de cómo funcionaba todo y de cuál era el modelo que promovían. Me gustó y decidí hacerme socio.

  • Mientras que muchos jóvenes se mudan a las ciudades para acceder a más opcions laborales, tú has optado por quedarte en tu pueblo.

    Tenía claro que quería quedarme esa zona; siempre he vivido en Sant Antoni, trabajo en el hospital de Palamós y tengo mi vida aquí, así que no lo pensé mucho. Es un sitio que para mí lo tiene todo: tienes el mar y al lado tienes la montaña, estás relativamente cerca de la ciudad de Girona, etc. Siempre he estado vinculado al equipo de fútbol del pueblo, donde ahora hago algunos entrenamientos. También me gusta mucho practicar deporte por la zona: realizar excursiones, escalar, ir a correr. Nunca me he planteado marcharme porque aquí la verdad es que estoy muy bien

  • Qué cosas positivas te aporta vivir en La Sala?

    Vivir en una vivienda cooperativa me ha dado tranquilidad económica. No es como un alquiler normal, que cuando se te acaba el contrato no sabes si te lo subirán, si te lo renovarán o si tendrás que marcharte. Aquí sabes que esto no ocurrirá y que la cuota mensual no aumentará más de lo que sube el coste de la vida. Además, pagas un precio por una vivienda que es algo más coherente que la que se está pagando hoy en día. Esto hace que vayas más tranquilo en tu día a día porque sabes los gastos que tienes cada mes, lo que te permite gestionarte la vida de forma diferente.

    Foto del vecindario de La Sala frente al edificio con representantes de todas las entidades que han hecho posible el proyecto

  • ¿Qué situación se encuentra la juventud de tu entorno a la hora de acceder a la vivienda?

    En esta zona de pueblos de costa los precios son desorbitados y los pisos de alquiler que encuentras son de septiembre a junio, ya que en verano realizan alquileres vacacionales. Mucha gente que conozco comparte piso para poder asumir el coste del alquiler. Algunos viven solos, pero pagan alquileres bastante altos, en comparación con lo que estamos pagando nosotros aquí en La Sala. Si buscas piso por aquí, puedes acabar encontrando alguna cosita, pero probablemente no es lo que querías y acabas pagando precios siempre más elevados de lo que realmente costaría esa vivienda.

  • ¿Qué crees que pueden hacer las personas jóvenes ante esta situación de inseguridad en lo que respecta a la vivienda?

    No sé exactamente hasta qué punto esto depende de nosotros o del modelo que tenemos. Aquí, al ser un pueblo de costa, hay mucha gente que tiene varias viviendas y les sale más a cuenta únicamente alquilarlas dos meses en verano y ganar más dinero. Esto hace que en verano haya mucha gente que vive en el pueblo, mientras que en invierno hay una cantidad de viviendas vacías que es brutal. Esto quizá debería estar más regulado. En la Costa Brava hay muchas viviendas en las que podría vivir alguien, pero que están cerradas porque no interesa. No costaría tanto promover un poco más de este modelo de vivienda cooperativa, hacerla más extensible al resto de la gente y sacar más provecho de todas estas viviendas con las que nada se hace.

  • ¿Qué diferencias encuentras en tu día a día actual respecto a vivir en un piso de alquiler?

    Autorretrato del Pol Díaz

    Principalmente, la convivencia con los vecinos. Hay una relación algo más estrecha y más familiar que en un piso de alquiler, donde pasas desapercibido ya los vecinos les dices hola y adiós y poco más. Aquí, en cambio, debemos gestionar muchas cosas entre nosotros, hacemos reuniones, hablamos, y esto hace que haya mucho más diálogo y más unidad. Por ejemplo, el otro día necesitaba que me ayudaran a montar un par de cosas y vino el vecino de enfrente, también le puedo dejar las llaves a cualquier vecino cuando me voy. En este aspecto, todo es muy familiar y más fácil. Somos personas que hemos entrado cuando el proyecto ya estaba conceptualizado, pero se ha creado un grupo muy bien.

  • Un proyecto de vivienda cooperativa conlleva ponerse de acuerdo en ciertos aspectos y tomar decisiones conjuntamente. ¿Cómo se organiza?

    Hemos tenido que realizar algunas reuniones para debatir un poco, hacer el reglamento de régimen interno y decidir el funcionamiento de las cosas principales. Nos hemos repartido las tareas entre todos y tenemos más o menos estipulado qué debe hacer cada uno. Yo, por ejemplo, soy el presidente y hay una persona que se encarga del tema de mantenimiento.

  • ¿Ha tenido en cuenta los espacios de vida en común a la hora de configurar la distribución y los usos de los espacios?

    Como los pisos ya estaban construidos no hemos podido incidir en ellos. En cambio, sí que hemos podido decidir más o menos lo que queríamos hacer en una zona comunitaria en la que hay algo de jardín, bancada y cubierto. Ahora, por ejemplo, pondremos un huerto.

  • Actualmente, la vivienda cooperativa no es una opción accesible para todos, ya que existen pocos proyectos y las cuotas de acceso son elevadas. Cómo ha sido en el caso de La Sala?

    Al ser un edificio que ya estaba construido y únicamente han tenido que reformarlo, el capital de entrada no es muy elevado, son unos 5.000 euros. Es cierto que es mucho dinero, pero hay que tener en cuenta que si marchas del proyecto se te devuelven. En cambio, estuve mirando el proyecto de vivienda cooperativa en Palamós y, al ser obra nueva, creo que la cuota de entrada era de unos 15.000 euros, lo que lo hace mucho menos accesible. Éste es uno de los contras que tiene la vivienda cooperativa en la actualidad.

  • ¿Qué hacer para que sea una opción que cada vez más personas se puedan plantear?

    En el norte de Europa la vivienda cooperativa está mucho más extendida. Deberíamos mirar qué hacen bien en estos sitios para que funcione y aplicarlo aquí. También son necesarias más ayudas por parte de la administración, ya no sólo de los ayuntamientos, sino también de la Generalitat y del Estado, para que no cueste tanto entrar a vivir en uno de estos proyectos.

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