CONOCE A LAS SOCIAS

La soledad es mala compañera y con los amigos siempre habíamos dicho que queríamos envejecer de forma conjunta, pero a lo largo de los años esta idea se ha ido desvaneciendo y cada uno ha ido haciendo su vida por aquí y por allá. Yo seguía en Facebook el grupo impulsor del Walden XXI y un día, hace cuatro años, me puse en contacto. Me llamaron enseguida para realizar una entrevista y justo después de hablar con ellos ya decidí que entraba, que éste era mi proyecto. Había ido antes a alguna otra reunión de Sostre Cívic y tenía claro que lo que me interesaba era un grupo senior.

No sé si mi vida va a cambiar tanto. Me marcharé de mi piso de Barcelona para irme a vivir a un pueblo de 43.000 habitantes ya un apartamento más pequeño, de unos 50 metros cuadrados. Éstas serán las transformaciones materiales, pero el gran cambio será que estaré con gente que quiere vivir de forma comunitaria. Aunque cada uno de nosotros tendrá su espacio privativo, tenemos una clara voluntad de compartir. Será un planteamiento de vida en común: queremos hacer al menos una comida diaria juntos y queremos organizarnos para realizar conjuntamente actividades diversas en el pueblo.

Grupo impulsor de Walden XXI

No queremos que nadie decida por nosotros cuando seamos mayores. La mayoría tenemos hijos, nietos, familia pero queremos gestionar nosotros nuestro día a día. No queremos estar solos; la soledad para la gente mayor es un problema que crea mucha ansiedad. Si tú sabes que tienes al lado a una persona que piensa como tú, o más o menos como tú, las cosas ya se viven diferente. Además, estamos trabajando mucho el tema de los cuidados. No somos todavía personas dependientes ni tenemos grandes problemas físicos, pero todo esto a la larga vendrá. Entonces, ¿qué?

Estamos decidiendo cómo gestionaremos, de entrada, los cuidados entre nosotros y, cuando ya no podamos, contaremos con profesionales. Hemos establecido una cuota de cuidados para crear un fondo que haga frente a los gastos que comporten los profesionales que debamos contratar. También aprovecharemos los servicios a los que tenemos derecho de la seguridad social.

Una forma de entender la vida y el futuro. Una forma de querer envejecer y de pensar que nosotros debemos decidir lo que queremos ser. No queremos que nuestros hijos se ocupen de nosotros. La mayoría de nosotros nos hemos ocupado de nuestros padres, pero no vemos que nuestros hijos, tal y como está la situación, puedan ocuparse de nosotros. Las cosas han cambiado mucho: los pisos son mucho más pequeños, los trabajos son mucho más precarios… Queremos que nuestros hijos sepan que estamos bien, que estamos con gente como nosotros, que estamos cuidados…, y que vengan a vernos cuando quieran . Ahora bien, no queremos que tengan que preocuparse de llevarnos al médico o al hospital. Esto queremos hacerlo entre nosotros. Además creemos que lo haremos muy bien.

No creemos en la especulación. No queremos que se especule con nosotros ni que se especule con las personas mayores. No queremos que nos metan en una habitación de diez metros cuadrados compartida con otra persona y tengamos que pagar 2.500 euros al mes. No queremos que nos infantilicen ni que nos digan lo que debemos hacer.

Así serán las viviendas en Walden XXI

Tenemos una junta, estamos organizados en comisiones y hacemos asambleas una vez al mes de toda la gente del grupo. La asamblea es soberana: la junta propone y la asamblea decide.

Hay cuatro plantas en las que se encontrarán los diversos apartamentos, que van de 36 a 50 metros cuadrados útiles. Cada piso tiene una o dos habitacionesones, un comedor con cocina americana y un cuarto de baño. La planta baja son más de seiscientos metros cuadrados de espacios comunes: la sala con sofás, televisor y chimenea, el comedor para que podamos almorzar todos los días juntos y una cocina industrial para preparar la comida. También hemos previsto una pequeña sala para hacer fisioterapia o recibir algún tipo de atención médica y hemos reservado una parte del espacio por si se tiene que hacer un centro de día en algún momento. Incluso habrá un espacio que podrá utilizar el pueblo para organizar actividades: cine, charlas, presentaciones de libros… Queremos ser una parte activa del municipio.

Edificio de Walden XXI

¡Por supuesto! Debe serlo. Con la pandemia murió mucha gente sola, encerrada en una habitación 24 horas, que nadie pasaba por allá por nada, que sólo les iban a cambiar el pañal cada 4 o 5 horas. ¿Eso es lo que queremos para nuestros mayores? La gente debe reflexionar sobre ello. Este modelo que proponemos nosotros es una alternativa que va a salir mucho más barata. ¿Cuánto se paga por una residencia para gente mayor, por tenerlos allí como si fuera un parking, sentados en una silla, muchas veces atados? Lo mínimo son 2.500 euros por vivir en una habitación compartida. Es un modelo de sacarle el máximo beneficio. No se piensa en la persona, se piensa en la ganancia. Nosotros todo esto queremos cambiarlo.

Que en lugar de hacerlo nosotros por privado, lo impulsen los ayuntamientos y gobiernos autonómicos.

Yo creo que sí. Está demostrado que la soledad crea mucha angustia. Nosotros diremos: vamos a pasear, a hacer yoga o meditación, a la piscina, a buscar un libro… Y sabremos que tenemos a nuestro lado amigos. ¡Amigos! No es lo mismo que estar en tu piso donde apenas te conoces a los vecinos.

Ahora estamos intentando cerrar el grupo, puesto que todavía tenemos algunas plazas vacantes. También estamos haciendo una campaña de títulos participativos para que cualquier persona que quiera invierta en el proyecto. Pueden aportarse desde 500 hasta 20.000 euros y en dos o cuatro años se recupera la inversión con un rendimiento. Y estamos esperando a que los bancos nos den la financiación para empezar las obras. Creemos que podremos realizar la fiesta de colocación de la primera piedra en septiembre.

Encuentro de hermandad del grupo el 4 de març de 2023.

Por un lado, están los requisitos económicos que son la aportación de un capital social de 60.000 euros que se recuperan, ya que, cuando la persona se marcha del proyecto, el dinero se devuelve a ella o sus herederos. Después, una vez vivamos allí, deberá pagarse una cuota mensual para amortizar el préstamo y cubrir otros gastos asociados al proyecto de vivienda. Por otra parte, la gente que quiera apuntarse debe tener ganas de compartir de una manera activa lo que nos queda de vida, que todavía es mucha.