16.12.2020

Participación comunitaria y co-diseño en arquitectura residencial. Crónica de la 3a jornada de reflexión sobre arquitectura y transformación social

El pasado jueves día 3 celebramos por tercer año consecutivo, nuestra jornada de debate en torno a la arquitectura como herramienta de transformación social. Las jornadas se han consolidado como una cita anual en la que paramos máquinas por unas horas, y hacemos una reflexión más teórica y pausada sobre la práctica arquitectónica y su impronta dialéctica en el progreso social.

Como en anteriores jornadas, el objeto del debate de este año no era tanto hablar de arquitectura en sí, en cuanto a morfología o técnica, sino de cómo la arquitectura puede ser transformadora en términos sociales: en empoderamiento de las ciudadanas, en cambios en los modos de habitar y relacionarse, en crear y mantener cohesión social, equidad, etc. Y este año, quisimos centrar el objeto de discusión en un tema que nos apasiona: la participación de las personas usuarias en el diseño e, incluso, la construcción de las viviendas cooperativas. Un debate pendiente y recurrente en el debate arquitectónico desde los años 60, pero que en la última década ha vuelto a emerger con fuerza, y ejemplo de ello son los proyectos que desarrollamos en nuestra cooperativa. ¡Las más de 100 personas inscritas en este debate acredita que la gente tiene ganas de aprender y hablar con ella!

La primera ponencia fue de"Inés de Rivera, arquitecta, docente e investigadora. Es socia fundadora de STEM arquitectos y, entre otras cosas, miembro del grupo de investigación Territorio y Paisaje de la Universidad Rovira i Virgili. Su intervención comienza con una introducción de las diferentes experiencias históricas donde la edificabilidad de viviendas se ha realizado teniendo en cuenta el equilibrio entre comunidad e individuo. Después entra en materia y nos explica el proceso participativo entre ella, como arquitecta, y el grupo de personas usuarias de uno de los proyectos de vivienda cooperativa de Sostre Cívic: el de Cal Paler Nou, en Cardedeu, que ahora está precisamente en fase de promoción.

El proceso participativo en Cardedeu tuvo en cuenta el uso de la globalidad del edificio por parte de sus futuros habitantes: desde la calle, los espacios comunes de relación… hasta las unidades de convivencia. También la diversidad de personas que habitarán, con especial atención a los niños (con prácticas pedagógicas específicas). En uno de los talleres, incluso, se llegó a reproducir a escala 1:1, sobre el suelo de un polideportivo, cada espacio de convivencia, invitando a las personas participantes que mueblaran y distribuyeran sus propios espacios. Estos talleres, no sólo sirvieron para diseñar los espacios comunes del edificio sino que también se puso sobre la mesa los materiales, para que las personas usuarias conocieran el abanico deopcions disponibles y escogieran con cuáles están más cómodas.

La intervención de Rivera acaba planteando una duda en torno, precisamente, al título de la jornada: ¿la arquitectura es una herramienta para la transformación social? O, al revés, ¿es la arquitectura la que debe estar a la altura de los retos que plantea la transformación social?

En segundo lugar, desde Ginebra (Suiza) habla Stéphane Fuchs, arquitecto fundador y director delequipo de arquitectura Atba, que lleva trabajando desde 1999 con una filosofía que integra la arquitectura, la ecología y la participación activa de los futuros habitantes de sus proyectos. Durante su intervención nos explica el proceso participativo de una cooperativa de vivienda en Suiza, desde su gestación hasta el momento de la convivencia.

La experiencia que aporta al debate es un gran edificio cerca del centro de Ginebra, con 38 unidades de convivencia en seis pisos y locales comerciales. La iniciativa parte de diferentes grupos de personas interesadas en construir una vivienda cooperativa en un solar público que el gobierno local les cedió. Fuchs explica que las peticiones del grupo de futuros convivientes eran muy ambiciosas e iban enfocadas sobre todo a aspectos medioambientales (tratamiento de aguas, aprovechamiento energético, minimizar los espacios del coche, ascensores, etc.). Hay que tener en cuenta que el estado suizo pone límites presupuestarios en las nuevas construcciones, lo que fue todo un reto para realizar un edificio tan ambicioso como deseaba el grupo.

Se realizaron 140 talleres, con especial énfasis en debatir los materiales sostenibles con el medio ambiente. El resultado es un edificio 100% eficiente, con un único ascensor y tres sistemas de escaleras con muchas calles interiores para facilitar los encuentros de la gente que habita; fachadas perspirantes con 2000 balas de paja y cajas construidas in situ; 150 aparcamientos por bicicletas y sólo 15 por coches. Actualmente las personas que viven gestionan autónomamente todo el mantenimiento y el propio Fuchs, explica, tiene su despacho de arquitectura en el mismo edificio que él diseñó! En plena convivencia armónica con vecinos y vecinas, satisfechas del resultado final.

Y por último, para completar la serie de experiencias internacionales, cruzamos el Atlántico hasta Uruguay con Raúl Vallés. Arquitecto, docente, investigador y consultor, su trabajo se ha orientado especialmente al cooperativismo de vivienda, donde ha sido asesor y autor de proyectos. También desde la administración pública como la Dirección de Vivienda del Ministerio de Vivienda de Uruguay. Él nos habla sobre la realidad cooperativa, la participación y autoconstrucción en Uruguay, donde la participación no es una opción: ¡está regulada por ley!

El movimiento cooperativo tiene una larga tradición de movilización social urbana y reivindicación en su país. El papel del Estado es muy importante para entender el amplio desarrollo de la vivienda cooperativa en Uruguay. El cooperativismo ha sido la principal política de vivienda social durante años por muchos gobiernos progresistas: tanto en el acceso al suelo como en financiación de las cuotas. El ministerio de Vivienda de Uruguay regula la vivienda cooperativa, y exige la autogestión colectiva de los proyectos de vivienda para expedir certificaciones y tener capacidad de acceder a financiación. También, el propio ministerio, centraliza el soporte técnico a los proyectos arquitectónicos. Al igual que en Sostre Cívic, la vivienda cooperativa está en régimen de “cesión de uso”. Allí la propiedad colectiva de todos los proyectos se desarrolla a través del "apoyo mutuo": un proceso de autoconstrucción colectiva donde la aportación en el esfuerzo de trabajo de los participantes es un valor económico más que se integra en el coste del proyecto. Este proceso es un proceso inclusivo, con mirada de género y de integración de las diferentes capacidades.

Vallés complementa su aproximación al marco donde se mueve la vivienda cooperativa en Uruguay comentando diferentes herramientas metodológicas de acción participativa y co-diseño. Mediante, como se han explicado también en las diferentes ponencias de la jornada, diferentes talleres donde abordar todas las dimensiones: el propio hogar, el hábitat colectivo y la relación con el entorno. Termina su intervención ejemplificando decisiones concretas derivadas de la participación colectiva en proyectos de vivienda cooperativa en el país sudamericano.

El debate acabó con diferentes preguntas que los asistentes van trasladando a los ponents, como por ejemplo cómo la vivienda cooperativa trabaja los cuidados dentro de la comunidad. Puede recuperarlo en vídeo aquí:


Esta actividad se lleva a cabo con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona, ​​y forma parte del proyecto "Arquitectura como herramienta de transformación social"